dijous, 13 de setembre del 2012

Ha muerto el Cardenal Martini

   Posiblemente, y por desgracia, la figura de Carlo María Martini es desconocida para la mayoría de la gente. Tal vez muchos se pregunten quién era este personaje. Brevemente, nos queremos referir al mismo porque entendemos que, al menos, se merece un recuerdo de las personas que creemos en un mundo mejor que el que nos está tocando vivir y también, pensamos, de muchos católicos y cristianos que consideran  que se necesita una Iglesia diferente y más evangélica que la actual y más acorde, sin renunciar a sus principios básicos, con el mundo y la sociedad actuales.

   Carlo María Martini nació en Turín el 15 de febrero de 1927 y falleció en Milán el 31 de agosto de 2012, a la edad de 85 años.
   Martini ingresó en la Compañía de Jesús y fue nombrado Arzobispo de Milán, considerada la mayor diócesis católica del mundo, en el año 1979, siendo ordenado Cardenal en 1983. Siempre gozó del mayor respeto de los Papas, tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI.
   El Cardenal Martini era considerado como una de las mayores eminencias en el conocimiento de la Biblia. En el año 2000, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
   Martini fue uno de los cardenales papables en el cónclave en el que resultó elegido Papa el alemán Joseph Ratzinger, actual Benedicto XVI.

   Como hemos dicho, sucintamente, queremos referirnos a la postura doctrinal del fallecido Cardenal en algunos de los aspectos controvertidos hoy en el seno de la Iglesia católica. Martini, sin renunciar a los principios básicos y sin dejar de profesar, como buen jesuíta, una férrea obediencia al Papa, nos plantea algunas cuestiones que merece la pena mencionar.
   El citado Cardenal, entre otras cosas, pedía un mayor diálogo de la Iglesia con el mundo y criticaba el aparato burocrático y los ritos y vestidos pomposos de la misma.
   Según Martini, la Iglesia debería reconocer sus errores y seguir un camino radical de cambio, empezando por el Papa y los Obispos. Era partidario de un nuevo Concilio Ecuménico para remozar y poner al día el Concilio Ecuménico Vaticano II. Se mostraba abierto a la abolición del celibato para los sacerdotes y a favor del diaconado para las mujeres, lo cual suponía un giro de 360 grados en la postura oficial de la Iglesia.

   En otro orden de cosas, era partidario, por ejemplo, de autorizar el uso del preservativo en las relaciones sexuales, afirmando que "el uso del preservativo puede constituir en ciertas situaciones un mal menor".
   También se distinguió por un mejor trato a los homosexuales cuando decía que "si luego dos personas de sexo distinto o también del mismo sexo, ambicionan firmar un pacto para dar cierta estabilidad a su pareja, ¿por qué queremos absolutamente que no puede ser? Martini no era partidario, por otra parte, de excluir de la Iglesia a los hombres y mujeres separados o divorciados, para los que pedía la mayor comprensión y jamás su separación o marginación como cristianos.


   Como es obvio, el Cardenal Martini, que siempre gozó, como hemos dicho, del respeto y estima de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, padeció la incomprensión de varios Obispos y Cardenales.
   Por el contrario, alguien afirmó en su día: ¡Qué diferente hubiera sido la actitud de la Iglesia católica si este hombre hubiera sido elegido Papa!

   En nuestro blog del 8 de noviembre de 2011, decíamos que añorábamos figuras de la Iglesia católica como Juan XXIII, el Cadenal Enrique Tarancón, Monseñor Romero e Ignacio Ellacuría, entre otros. Hoy tenemos que añadir a ellos la figura insigne de Carlo María Martini.

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