El señor Rajoy, según nos cuentan los medios de comunicación, pronunció una conferencia en el Consejo de las Américas, en Nueva York, durante la cual expresó su reconocimiento "a la mayoría de los españoles que no se manifiesta, que no sale en las portadas de la prensa y que no abre los telediarios". Y añadió que "son la inmensa mayoría de los 47 millones de personas que viven en España(...). Esa inmensa mayoría está trabajando, el que puede, y dando lo mejor de sí".
Nos resulta un tanto enigmático saber con toda exactitud qué es lo que ha querido decir nuestro Presidente de Gobierno con tales palabras. Antes de preguntarnos, con más detalle, un poco sobre ello, nos permitimos recordar un breve relato histórico referido al Partido Popular y su manera de implicarse en las manifestaciones callejeras, legítimas por supuesto, contra el gobierno de Zapatero y contra el PSOE.
Quizá nos ilustre a todos bastante recordar cuál fue la actitud del propio Mariano Rajoy en relación a las manifestaciones cuando ocupaba la presidencia del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero.
Dejando a un lado quien o quienes convocaran tales manifestaciones contra Zapatero, en junio de 2006, el locutor de la cadena de radio la COPE, perteneciente a la Conferencia Episcopal Española, Federico Jiménez Losantos, preguntó a Rajoy sobre el grado de implicación del Partido popular en las manifestaciones de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y éste contestó: "...Mi partido es el que moviliza todas las manifestaciones. Es el que respalda, moviliza y las llena". Sobran comentarios.
Al menos hasta trece manifestaciones callejeras, tal como acreditan diversos medios de comunicación, fueron alentadas y promovidas por el Partido Popular contra Zapatero, entre las que cabe citar las referentes a la oposición al traslado de parte del Archivo Histórico de Salamanca, a las que, de la mano de los Obispos, tuvieron lugar contra el matrimonio de personas del mismo sexo o contra la reforma de la ley relativa a la interrupción voluntaria del embarazo, las promovidas junto con la Asociación de Víctimas del Terrorismo, a pesar de que el Partido Popular había firmado el Pacto Antiterrorista, etc. En tales manifestaciones se lanzaron consignas e insultos inadmisibles contra el entonces Presidente del Gobierno de españa, Rodríguez Zapatero, al que se le llegó a llamar "asesino y cómplice de ETA" y prácticament todas ellas contaron con la asistencia en lugar destacado de insignes miembros del Partido Popular como José María Aznar, María Dolores de Cospedal, Ana Pastor, Ana Botella, Angel Acebes, Eduardo Zaplana, Mayor Oreja, Federico Trillo y Esperanza Aguirre, entre otros.
Ante este estado de cosas, necesariamente tenemos que formularle al señor Rajoy una serie de preguntas:
¿Es que hay manifestaciones callejeras buenas y manifestaciones malas, según sea el color político de quien las promueva o apoye?¿Es que no tienen todos los ciudadanios el mismo derecho a manifestarse?
¿Solamente infringen la ley las manifestaciones de cariz más progresista y sus esloganes o gritos y no los insultos, tales como el de acusar de asesino a un Presidente del Gobierno, en las manifestaciones apoyadas u organizadas por el Partido Popular?
¿Cree acaso el señor Rajoy que todos los que no participan en las diversas manifestaciones que últimamente tiene lugar contra su política están de acuerdo con la misma y con su gestión al frente del Gobierno de España? Esto lo tendría que contestar el propio Rajoy pero, si de verdad lo piensa, el argumento se le podría volver en contra, ya que nos atrevemos a preguntarle a él y a su partido, por ejemplo: ¿Es que los millones y millones de ciudadanos que no acudieron a las manifestaciones promovidas y apoyadas por el Partido Popular eran partidarios de ETA, o del aborto, o del matrimonio de los homosexuales, etc.? Seguramente, se nos contestaría, y la contestación sería correcta, que pensar eso carece de fundamento y es un auténtica barbaridad, ya que son otros los medios de conocer la opinión y el criterio de los ciudadanos y, entre ellos y uno de los principales, la celebración de elecciones si con ellas no se comete fraude con los electores y se actúa con la honestidad y transparencia que exige, sobre todo, la presente situación.
Como hemos dicho al principio, no sabemos realmente lo que quiso decir Rajoy en Nueva York al referirse a su "mayoría silenciosa", pero tal vez le sirvan de consejo las palabras del gran periodista Fernando Onega, al referirse a esta cuestión el 28 de septiembre actual, en su artículo de opinión en el Diario de Galicia: "...Si Rajoy acudiera a la mayoría silenciosa como defensa, sería muy inquietante. Y lo sería porque quienes apelaron a ese concepto han sido, por ejemplo, la Administración Nixon, con el presidente acusado de mentir y sometido a un proceso constitucional, el famoso "impeachement". En España lo usó el almirante Carrero Blanco para enfrentarlo a la sociedad que se empezaba a mover para desmontar el franquismo. Y hay que recordarlo: al final, la mayoría silenciosa invocada no estaba con el régimen. Sólo estaba callada".
Y eso es lo que debe saber y no equivocarse el señor Rajoy. En España también hay hoy una mayoría callada. Además de los miles y miles de ciudadanos que, haciendo uso del ejercicio de un derecho legítimo, se manifestan, somos muchos miles (millones, diríamos) que no estamos de acuerdo con su forma de gobernar y con su gestión de la crisis, porque, lo hemos dicho hasta la saciedad, se está haciendo recaer la responsabilidad y los sacrifcios para salir de la misma sobre quienes en absoluto no somos causantes de la misma.
Y, señor Rajoy, hemos llegado a un momento en el que, salgamos a la calle o no, le decimos ¡BASTA! Que paguen primero los verdaderos culpables de la crisis y luego que se diga la verdad y que tenga lugar, si hace falta, un gran pacto de Estado, y entonces, si es necesario, solidariamente nos apretaremos todos el cinturón.
Mientras eso no sea así, señor Rajoy, le pedimos un favor: a mi familia y a mi (como pensamos que a miles y miles de familias) no nos incluya en su "mayoría silenciosa". Gracias.
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